"Hasta encontrar el desierto de lo real y ser bienvenido en él"

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En este mundo de constante transición y aparente libertad, un mundo manejado por empresas transnacionales que deciden -en muchas casos- crisis económicas. En donde el marketing ha llegado hasta lo más profundo de la personalización y las nuevas tecnologías de la información mantienen a una multitud embobada bajo un supuesto sueño de libertad. En ese mundo, hay aún posibles líneas de fuga y con ellas maquinas de guerra que puedan construir nuevos horizontes y nuevos caminos.

Ya no se trata de una lucha entre un caos y una armonía. Se trata de la instauración de un caos creativo que ayude a una multitud salir de donde se encuentra controlada. Salir de un sistema opresor, controlador y manipulador.

Si se sabe que la verdadera realidad es una utopía ya que todo, absolutamente todo, es condicionado o mediado por las esferas de poder ¿Por qué seguir bajo su “lógica” de juego?
Por poner un ejemplo… ¿Ser músico es “bien visto” en la sociedad peruana? La respuesta es negativa. Las relaciones de poder condicionan el pensamiento de la población e instauran profesiones destacadas y profesiones que no lo son.

Es de esa manera la profesión de médico, ingeniero o arquitecto termina siendo más valorada que lo que puede ofrecer un músico ya que el sistema capitalista privilegia las primeras profesiones mencionadas. No privilegia al músico. No es conveniente para su lógica de producción . El sistema necesita “mano de obra”.... Necesita cuerpos dóciles.

¿Por qué dejar que alguien nos construya nuestro “yo”? Porque mejor no probamos construir nuestras propias identidades, nuestras propias formas de ver el mundo y con ello llegar a cumplir el sueño en el que al fin se pueda escapar de todo... todo... todo.