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Primer ministro italiano culpa a la oposición por una supuesta campaña de difamación

Berlusconi en el ojo de la tormenta

Más que un problema conyugal. El posible autoritarismo en Italia va tomando forma.


De espaldas. El matrimonio Berslusconi cada vez peor.

El matrimonio de Berlusconi con su esposa Verónica tiene una nueva entrega. Ahora, el primer ministro pide a su mujer se rectifique "públicamente" por decir que "frecuentaba menores".

"Debe pedirme perdón públicamente. Y no sé si eso bastará", dijo Berlusconi en una entrevista. Según los medios italianos, el primer ministro regaló un collar a una joven aspirante a estrella de la televisión en Nápoles y ella le respondió llamándole "papi".

Silvio Berlusconi clamó su inocencia y acusó a la izquierda de haber "instigado" a su esposa a la ruptura de su matrimonio.

"Esto se llama criminalidad mediática. Veronica cayó en una trampa. Ella tendrá que pedirme disculpas públicamente. Y no sé si será suficiente", dijo el premier, que no ocultó su furia por haber sido acusado de "frecuentar menores", algo que podría dañarlo políticamente. El primer ministro añadió que todo el asunto fue fruto de una "maniobra" de sus adversarios políticos

Se recuerda así, la magistral actuación del norteamericano Forest Whitaker, en su rol del dictador Idi Amin en la película “El último Rey de Escocia”, nos muestra la sensualidad del poder absoluto, una tentación que se convierte con el tiempo en una enfermedad mental y moral.

Las lecciones que se muestran en la película no solo son aplicables al ámbito africano, porque el tema del autoritarismo es universal y un asunto permanente de la política de cualquier país.

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